jueves, 9 de enero de 2014

A disfrutar del sol sin riesgos

La fotoprotección es un término que escuchamos reiteradas veces y más en esta época del año. Pero… ¿qué significa? Sencillamente es la protección frente a las radiaciones solares.

Existen varios tipos de fotoprotección a tener en cuenta: 
• Fotoprotección física: Todos los elementos que pueden funcionar como barrera del sol: la ropa, sombreros, gafas, etc. La capa de ozono también forma parte de este grupo ya que impide el paso algunos rayos ultravioletas B (UVB).
• Fotoprotección biológica: Es la propia defensa que genera el organismo frente al sol: el bronceado por ejemplo, donde se activa la producción de melanina (pigmento natural que da el color a la piel).
• Fotoprotección química: Denominamos así a los fotoprotectores o protectores solares que utilizamos para disminuir los efectos perjudiciales de la radiación UV del sol.
 
Los fotoprotectores
Los protectores solares, en sus diversas texturas (crema, gel, leche…), son los productos que aplicamos en nuestra piel para protegerla de la radiación ultravioleta A (UVA) y B (UVB).

- Rayos UVA: Son los responsables del envejecimiento cutáneo, hiperpigmentaciones, intolerancias solares, alergias de la piel e incluso cáncer de piel. Penetran profundamente en las capas de la piel y llegan hasta la dermis. Atraviesan vidrios y nubes y son engañosos ya que muchas veces no producen ningún dolor.
- Rayos UVB: Son los que estimulan el bronceado y los principales responsables de las quemaduras solares. Se detienen en la capa más superficial de la piel.


El efecto de las radiaciones UV en nuestra piel es acumulativo, progresivo e irreversible. Los efectos más perjudiciales se ven a largo plazo y las quemaduras solares duplican el riesgo de cáncer de piel.
Los índices de protección recomendados por la Comisión Europea son:
- FPS (Factor de Protección Solar): índice de protección con las quemaduras o eritemas solares, mayoritariamente por los UVB.
- PPD (Persistent Pigment Darkening): índice de protección contra los rayos UVA.


Recordemos que…
Cuanto más clara es la piel de la persona, mayor es el factor de protección que necesita.
No existen los bloqueadores solares ya que ninguno bloquea al 100% los rayos UV.
El uso de un protector solar, cualquiera sea su índice de protección, no excluye la necesidad de tomar las precauciones recomendadas.
El bronceado no es un signo de salud de la piel, sino que representa el intento de la misma por defenderse de las agresiones de la radiación UV.


CONSEJOS ÚTILES PARA UN VERANO SALUDABLE
• Utilizar protectores solares tanto para el rostro como para el cuerpo con un FPS adaptado a cada tipo de piel con una adecuada fotoprotección UVA foto-estable.
• Utilizar abundante protector solar aún estando bronceado ya que estamos cuidando la salud de nuestra piel.
• Usar la cantidad suficiente, cubriendo toda la superficie corporal. No olvidar zonas como las orejas, empeine o el cuero cabelludo en el caso de los niños pequeños y calvicie.
• Aplicar los productos siempre con la piel seca y renovar la aplicación cada 2 horas.
• Realizar la primera aplicación al menos 30 minutos antes de exponerse al sol.
• Emplear fotoprotectores resistentes al agua y reponer después de cada baño superior a los 20 minutos.
• Evitar la exposición solar entre las 11:00 y 16:00 hs.
• Mantener a los bebés y niños fuera de la exposición solar directa: aplicar protectores solares y protegerlos con sombreros, remera y gafas. Los niños no tienen la protección natural de la piel completamente desarrollada y se estima que el 50-80 % de la radiación UV se recibe en los primeros 18 años de edad.
• Aplicar protectores labiales hidratantes para el cuidado de los labios.
• Protegernos incluso cuando está nublado.


Con conocimiento de los efectos del sol y teniendo en cuenta estos consejos, cuidémonos para vivir un verano saludable.